“PRÓLOGO A SANGRE Y FUEGO”
Este texto pertenece al prólogo del libro A sangre y fuego escrito
en 1937 por Manuel Chaves Nogales y que consta de nueve relatos sobre la guerra
civil española.
En este texto, el autor comienza diciendo que no se identifica ni con
el comunismo de la Unión Soviética ni con el fascismo italiano y como a su
patrón le gustaba más que hablase peor del país comunista que del fascista. Se
considera un liberal, un antifascista y un antirrevolucionario, “ciudadano de
una república democrática y parlamentaria”, algo que estaría a punto de cambiar
con el fin de la guerra civil. Piensa que España es un hervidero de estupidez y
crueldad, características importadas de varios lugares como Roma y Berlín. Relata
también sus experiencias al frente de un periódico bajo mandato comunista durante
el inicio del conflicto y recalca su compromiso con las libertades individuales
y su oposición a cualquier tipo de dictadura. Es interesante leer sus
experiencias personales viendo como personas de ideologías distintas se unían a
varias causas, en teoría opuestas a sus creencias, con el fin de no convertirse
en el enemigo, “La guerra y el miedo lo justificaban todo”. Chaves Nogales dice
que tuvo que irse del combate contra el fascismo cuando su consciencia no le
dejaba en paz decide marcharse ante la imposibilidad de estar de acuerdo con
los comunistas o con los fascistas a pesar de tener que pagar un gran precio,
su Patria. El futuro líder de España será un caudillo, un tirano que ha surgido
del conflicto pues ha renegado del ideal de la convivencia y se ha puesto en
una trinchera dispuesto a matar. Al ver cual iba a ser el futuro de su país, al
autor no le quedó más opción que abandonarlo e irse a Paris donde según él ,
acaban todos los despatriados de la vieja Europa. Hace una conclusión
final diciendo que a veces escribir sobre la guerra civil, sobre España, se le
hace muy complicado pues los relatos que en teoría son ficción , parecen cobrar
vida y atacarle , impidiéndole tomar una postura más alejada e imparcial, a lo
cual él responde que quizá sea mejor de esta manera. “A veces los
personajes que intento manejar a mi albedrío, a fuerza de estar vivos, se alzan
contra mí y, arrojando la máscara literaria que yo intento colocarles, se me
van de entre las manos, diciendo y haciendo lo que yo, por pudor, no quería que
hiciesen ni dijesen.”
Este prólogo esta cargado de la enorme tristeza que supone ver a un
país con un gobierno progresista y democrático descomponerse ante sus ojos, de
ver a sus habitantes matarse entre ellos. Chaves Nogales escribió esto en 1937
pero parece que se anticipó al futuro y pudo prever cual iba a ser el legado
del conflicto y el porvenir de España. Es un texto melancólico de un hombre
abatido al que no le ha quedado más remedio que pagar el precio que supone su país
por no pagar el que suponen sus ideales.
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